Pros y contras de las normas antifraude en el Reino Unido, Australia y Singapur

Finanzas y Banca, Gestión de Fraude y Cibercrimen, Gestión de Riesgo de Fraude

3 países que adoptan enfoques diferentes en materia de responsabilidad y compensación de las víctimas

Suparna Goswami (gsuparna) •
5 de noviembre de 2024

Pros y contras de las normas antifraude en el Reino Unido, Australia y Singapur
Imagen: Shutterstock

Los gobiernos de todo el mundo están intensificando las medidas antifraude, introduciendo nuevas directrices para bancos, proveedores de telecomunicaciones y otros sectores clave para fortalecer los controles de seguridad y reducir los riesgos de fraude para consumidores y empresas.

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Si bien la estrategia básica sigue siendo la misma (exigir una mayor rendición de cuentas a las instituciones que manejan datos personales y financieros), el enfoque de cada país tiene elementos únicos. Mientras que el Reino Unido y Singapur se han centrado en imponer fuertes sanciones a los bancos, Australia ha adoptado una posición única al centrarse únicamente en mejorar los controles y proporcionar seguimiento en tiempo real a través de la colaboración entre partes interesadas.

En Singapur, la Autoridad Monetaria de Singapur ha instituido un enfoque en cascada, dando prioridad a las instituciones financieras para recibir compensación en caso de incumplimiento, siendo también responsables las telecomunicaciones. El Reino Unido sigue un modelo de compensación similar, aunque está dirigido principalmente a instituciones financieras, lo que garantiza una participación limitada de otros sectores.

Australia, por el contrario, tiene un marco que no exige una compensación formal a las víctimas. En cambio, enfatiza compartir inteligencia en tiempo real y desbaratar el fraude, incluyendo no sólo a bancos y telecomunicaciones, sino también a proveedores de servicios de Internet y empresas de redes sociales. Este enfoque busca prevenir pérdidas antes de que ocurran, lo que convierte al modelo antifraude australiano en un caso de estudio único.

¿Dónde están las lagunas?

Estos diferentes enfoques en las tres regiones brindan información clave sobre las prioridades de cada gobierno y revelan áreas donde las mejoras podrían fortalecer los esfuerzos generales de prevención del fraude.

El Reino Unido, pionero en la lucha contra el fraude de pagos dirigidos autorizados, ha adoptado medidas para reembolsar a las víctimas. Pero el Reino Unido podría beneficiarse de ampliar su marco de reembolso para cubrir a otras partes interesadas más allá de los bancos e incluir otros sistemas de pago, como el Sistema de Pagos Automatizados de la Cámara de Compensación, o CHAPS. Estos cambios podrían proporcionar una red de seguridad más integral para los consumidores al ampliar la protección más allá de pagos más rápidos para cubrir una gama más amplia de transacciones.

El marco de responsabilidad compartida de Singapur asigna funciones específicas a bancos y empresas de telecomunicaciones en casos de estafas de phishing con vínculos directos con Singapur. Sin embargo, el marco tiene lagunas que sólo cubren el phishing. Ampliar este marco para abordar otros fraudes e ingeniería social que se originan fuera de Singapur podría mejorar la protección del consumidor y ampliar el alcance de las medidas antifraude.

En Australia, la falta de un requisito de indemnización ha generado críticas de algunos que dicen que ofrece una protección limitada a las víctimas de fraude. Los críticos también argumentan que castigar a los bancos, las telecomunicaciones y los proveedores de tecnología por sí solos puede no abordar las causas fundamentales del fraude, especialmente dada la frecuencia con la que los estafadores acceden a información de contacto personal a través de la web oscura o sitios web públicos.

Lecciones para el futuro

A medida que el fraude se vuelve más sofisticado, cada parte puede beneficiarse tomando prestados elementos de otros marcos. El Reino Unido y Singapur podrían mejorar la protección del consumidor ampliando el alcance de sus sistemas de reembolso para incluir a más partes interesadas y tipos de fraude. El modelo proactivo de Australia, centrado en la inteligencia y la prevención en tiempo real, puede inspirar a otros países a dar prioridad a detener el fraude antes de que llegue a los consumidores.

Pero la pregunta sigue siendo: ¿Lograrán los países el equilibrio adecuado entre prevención y compensación, o seguirán haciendo hincapié en un enfoque sobre el otro?

El éxito de estos marcos antifraude se medirá por su adaptabilidad en respuesta a las amenazas de fraude emergentes. El tiempo dirá si estas medidas son suficientes para seguir el ritmo de un fraude cada vez más sofisticado. Hasta entonces, esperemos que otros países introduzcan medidas estrictas para reducir el fraude y proteger a los consumidores.

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